domingo, 28 de abril de 2013


Los 10 primeros libros numerados en mi biblioteca
Marialcira Matute
Se me ocurrió, ahora que acabo de mudarme, comprar una máquina numeradora para saber,
aunque sea aproximadamente, cuántos libros están en estos momentos en la biblioteca.
Muchas personas me preguntan cuantos libros puede tener una persona que se dedica a lo
que hago , reseñas, programas, micros sobre libros en esta librería mediática de puertas y
vitrinas abiertas.
A vuelo de pájaro calculo unos cinco mil . Constantemente recibo libros, pero siempre estoy
también regalando libros. Conciente de que nunca podré leerlos todos, debo luchar con el
deseo incontrolable de retenerlos, aún los repetidos.
Sé que será inútil numerarlos, será imposible mantener la colección intacta, y mucho menos
pretendo tenerlos ordenados. No soy bibliotecaria y tampoco quiero catalogarlos de ninguna de
las usuales formas .Antes los tenía reunidos por editorial, pero no era precisamente la mejor
forma de organizarlos. Ahora están en los estantes a la manera tradicional, por temas. Una
sección de libros de literatura universal, otra de literatura venezolana, libros sobre periodismo,
sobre historia, políticos, comics, infantiles, arte.
¿Por dónde empecé a numerar? Voy a desandar el camino y registraré en esta columnata los
primeros 10 libros numerados de la biblioteca, que nada tienen que ver con cronología , sino
con el impulso de comenzar a sellar y sellar libros.
1.-El libro numerado 1 es un ejemplar de La Tregua de Mario Benedetti, editado por
Suramericana. Sería un libro más entre tantas ediciones de La Tregua, si no estuviera firmado
por todos los amigos que estuvieron en nuestro matrimonio, tanto aquí como en una segunda
sesión que Isidoro y yo hicimos en Montevideo. Y lo que lo hace realmente único es que el
propio Benedetti nos lo firmó, en su casa, en enero de 2003, en ese primer encuentro hermoso
en el que conversamos y nos tomamos un café hecho por el propio Benedetti.
2.-Numeré con el 2 al Don Quijote de la Mancha de Cervantes , en la edición conmemorativa
de Alfaguara, aunque debería ser el 3, ya veremos por qué.
3.-El Nro. 3 es Cien Años de Soledad, de García Márquez, también en la edición
conmemorativa de Alfaguara. Catalogado como el segundo libro más importante en castellano
después del Quijote en el Congreso Internacional de la Lengua Española realizado en
Colombia, habría que preguntar a los lectores si no debería estar en el primer lugar. Lo de
numerarlo 3 en nuestra selladora fue simplemente por la ubicación física, pero para nosotros
debería estar en primer lugar, por tantos motivos.
4.-Una vieja edición de El Principito, de Antoine de Saint Exúpery, publicada en México por
Fernández Editores en 1967. Es una de las traducciones más bonitas, y uno de los primeros
libros que leí. Me lo regalaron en 1968, a los 6 años, y no lo entendí hasta su relectura en
1982.
5.-Leyendas Maravillosas, un libro de cuentos de hadas exquisitamente ilustrado y publicado
en editorial Fher de Bilbao, España, en 1970.Recuerdo perfectamente que costó 15 bolívares,
que fue el primer libro que escogí sola y que papá me lo compró en Las Novedades de Las
Fuentes, en El Paraíso. Tenía 8 años.
6.-Rayuela, de Cortázar , en la edición de Biblioteca Ayacucho. A los 20 años comencé a
descubrir a Cortázar a través de los cuentos de Un Tal Lucas, pero esperé a los 40 para leer a
Rayuela, en el avión, la primera vez que fuimos a París.
7.-Baudolino, de Umberto Eco. ( Editorial Lumen) .Fue el primer regalo de mi esposo,
apreciado doblemente porque interrumpió su lectura para regalármelo. Es interesantísimo
como se describen los medios de comunicación actuales y la manipulación mediática a través
de las mentiras en esta historia ubicada temporalmente en el medioevo.
8.-La Resistencia, de Ernesto Sábato publicado en Seix Barral, celebrando vida con más de 90
años, enseñándonos que tenemos que reaprender lo que es gozar, valorando el abrazo, la
conversación, la lectura y dejando de lado las compras del centro comercial. 9.- Cantinflas. El gran bailarín. El inteligente, el ingenioso, el intraducible. El de sus primeros
tiempos, antes de que empezara a pontificar y a sermonear. Su biografía, en Edimat, no muy
bien editada pero que transcribe frases inolvidables de las mejores películas y recorre pasajes
de la vida de este enigmático mexicano.
10.-Las Cartas de Groucho, de Groucho Marx ( Compactos Anagrama) Una de las cosas más
fascinantes para cualquier lector es hurgar en las cartas enviadas y recibidas por quienes
admiramos. Los compendios epistolares dicen tanto de las personas. En una carta dirigida a
Goody Ace en 1960, Groucho afirma entre irónico, desfachatado y dolido, refiriéndose a su
hija, ya seducida por la naciente televisión: “ Cuando yo era niño, solíamos leer. Yo me empeño
en meter libros en la habitación de Melinda pero ella se empeña en echarlos fuera. Ahora me
echó también a mí. Para mí, lo único bueno de la TV es que me ha permitido ganar mucho más
dinero del que merezco…”
Ahora que termino esta lista de los primeros libros numerados que se extenderá a muchos
otros libros (aún no he terminado de marcar los libros, voy como por el 500), concientizo otro
de los placeres de la lectura: Todo lo que rodea al libro en sí, su significado, las ocasiones y
oportunidades de la primera lectura y las relecturas, el tenerlo en los estantes, a la mano,
exhibido en alguna repisa, en la mesa de noche, en el baño, la oportunidad de la compra o el
modo en el que llegó a nuestras manos, como hice con algunos de los 10 listados en esta
columnata. Quién nos lo regaló, cuándo lo recibimos, por qué lo compramos. ¿Cuántas veces
nos sucede que compramos por impulso un libro, y luego nos frustra su lectura? O por el
contrario, ¿cuántas veces recibimos con desgana un libro que no nos dice nada en su título o
su portada y al empezar a leerlo nos fascina y cautiva?
La lectura se extiende a mucho más de lo que significa el propio libro. Sobrepasa ,sin duda, la
propia acción de leer. ¿Cuáles serían los 10 primeros libros de la biblioteca de quienes los
leen? No los mejores, sino los más entrañables, que no serán los mismos dentro de 5 años, ni
serían los mismos hace 5. O quizás sí.
Queda ahora pendiente hacer un “ex libris” La expresión latina significa “ de entre los libros
de…” . Se estila realizar un sello con imágenes que tengan algún significado para el propietario
del libro y a continuación el nombre. En la biblioteca se mezclan los libros de mi esposo y los
míos, y ya no se sabe bien a quién pertenecen unos u otros. Ya veremos cuál ex libris colocar.
Eso sí. Coincidimos en no subrayar los libros, ni en hacerles anotaciones, por distintas
razones. Las mías son sencillas. Para mí, la lectura es un acto secreto y personal, y aunque
me cuesta mucho de un libro ya leído desprenderme , aún momentáneamente , por vicio o por
capricho inexplicable, no quiero que nadie que lea un mismo ejemplar de libro después que yo
sepa cuál frase me marcó o en qué estuve de acuerdo o no. Que cada quien lea a su aire y a
su gusto .

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